“Como una bella flor, llena de colorido pero sin perfume, así es estéril la
palabra hermosa del que no actúa conforme a ello. Como una bella flor, llena
de colorido y con perfume, así es fecunda la palabra hermosa del que actúa
conforme a ella”.
Dhammapada
La diferencia está en la consecuencia. La palabra sin la acción consecuente es estéril y vana. El mundo está lleno de flores sin perfumes; lo triste es que esa palabra bella tomó carta de ciudadanía y ya los pueblos ciegos la prefieren a la perfumada.
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