jueves, 23 de mayo de 2013

Recuerdos En La Atlantida De Itzen Caan - 7ª Parte

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Figura que representa a un “Iniciado” en los Sagrados Misterios. Equivalente al Horus egipcio. Grupo B, Palenque.


Y llegó el día en que después de demostrar un comportamiento maduro, equilibrado y el desarrollo de capacidades suprafísicas que demostraran el nivel vibratorio o evolutivo que habíamos alcanzado, se nos permitía formar parte de los estudiantes de alto nivel de los Templos Sagrados para entonces ser “INICIADOS” en “LOS SAGRADOS MISTERIOS”.

Estos se nos impartían en las aulas profundas del templo o “Cámaras Santas” (Sancta Sanctorum). Los “Sagrados Misterios” nos enseñaban quienes éramos como verdaderas Manifestaciones Espirituales o Extensiones del Creador, Dios Único “Hunab Kuu”, y así poder saber reconocer en donde residía el verdadero poder de nuestra existencia. Nos explicaban cómo habíamos sido creados y cual era la mecánica de la vida, para saber andar el camino al final del cual tendríamos diferentes opciones de cierre de ciclo, según hubiéramos vivido en equilibrio o desequilibrio. Esto es, que se nos permitía conocer tanto nuestro “PRINCIPIO” o “CREACION” (“GENESIS”) hasta nuestro probable “FIN DE CICLO” o “TRANSFORMACION” (“APOCALIPSIS”).

“Ser Conscientes” nos convertía en “Iniciados”, en “Iluminados”, lo que posteriormente se conocería en Egipto como el “Horus”, el Renacido, el Ser Iluminado por la luz del “Espíritu”, la luz de la “Conciencia Superior”; este poseedor del conocimiento de los Sagrados Misterios lograba la libertad y expansión mental que lo distinguía del común llevándolo a vibrar y vivir una vida en niveles Cósmico Universales, con un espectro de manifestación más grande, más amplio de modo integral; ahí residía su poder, al vibrar o vivir en varios niveles de manifestación “conscientemente”, obteniendo con ello el dominio pleno sobre su “Ser Integral”, “Ser Trino” o “Trinidad”. Obtenía con ello también el control sobre su mente y por ende el desarrollo aún mayor de sus capacidades suprafísicas; lograba entonces manejar las fuerzas elementales.


Los Sagrados Misterios se encontraban inscritos en grandes lozas de piedra que contenían símbolos múltiples o de múltiple significado, que guardaban dicho conocimiento “codificado” en sus niveles más profundos. Con todo esto no cualquiera descubriría lo que esos símbolos escondían, sino únicamente los seres que ya habían sido “Iniciados” sabrían “decodificar” o comprender aquellos grabados.

Habiéndose cumplido ya el tiempo en el que nos es permitido “romper los sellos” que guardan lo que está grabado en los “Libros Sagrados” debido al término o cierre del Gran Ciclo, podemos entonces adentrarnos a redescubrir lo que en ellos se guarda para iluminar nuestro oscurantismo, disipar dudas, unir ‘verdades’ y con ello…..rehacer los lazos, reunificar a toda la humanidad a través de una sola “Gran Verdad”.

Hablar de los Sagrados Misterios y de la decodificación de sus símbolos, es complejo porque se manifiestan en niveles elevados y profundos; por ello, es necesario abrirse más al Espíritu que a la razón, al sentir y a la comprensión a través de una Conciencia Superior…..es como saber leer entre líneas.

Toráh

Para poder entender más fácilmente la decodificación en éstos niveles, utilizaré a la par de la descripción de los símbolos maya atlantes que hablan de nuestro origen y creación, párrafos del Génesis moderno o Génesis Bíblico, como un apoyo y comprobatoria a la vez, pues “en la constante coincidencia de ambos” se entenderá la veracidad del desciframiento de los símbolos maya atlantes y se reconocerá la “fuente original” del Génesis Bíblico.

En base al conocimiento de que la Biblia ha sido bastante manipulada o alterada, es que tomaremos como fuente del Génesis moderno, la “Torá” por tener ésta un contenido más fiel a su original pues se ha tratado de respetar y mantener sin tantos cambios o alteraciones. Como un ejemplo podemos citar una sola palabra de la Torá en la cual se ve como se ha conservado su raíz original:

“Itzjak” (de la Torá) nombre del cual deriva “Isaac” (de la Biblia).

En el nombre Itzjak se puede ver claramente su “raíz maya-atlante”: “ITZ”, la cual se encuentra extensamente en zona maya. Ejemplos de ello son “Itzamná”, “Itzamatul”, “Chichén Itzá”, “Itzcoatl”, etc.

ITZJAK proviene del maya “ITZ HAK” que significa “apreciado”, “querido”, “deseado”.

Desde el principio, antes de viajar a nuestra amada tierra atlante, manifestado en esencia el “Uaxac Ahau” “Señor Eterno” nos encomendó dejar grabada la historia y conocimientos de nuestro origen y creación (Sagrados Misterios), para que no se perdieran, para que no fueran borrados de nuestra memoria debido a los cambios de ciclo, de tierra y de humanidad; que perduraran a pesar del paso de miles de años. Su encomienda al entregar a nuestros “abuelos” y “abuelas” “u mam”, nuestros ancestros, la “Tierra Prometida” “Kanaan”, fue ésta:



“…..erigirás grandes piedras y las revocarás con cal.

Inscribirás sobre ellas todas las palabras de esta Torá,
cuando cruces, para que puedas entrar en la Tierra
que te da El Eterno, tu Dios, una Tierra en la que fluye
la leche y la miel, tal como te dijo El Eterno,
El Dios de tus antepasados…..”


(Torá, Deuteronomio 27,2)

Con gran precisión cumplieron aquel mandato del “Uaxac Ahau” “Señor Eterno”, los abuelos “u mam”, al dejar inscrito nuestro Sagrado Conocimiento, “grabado en grandes piedras, recubiertas con una mezcla de cal llamada estuco” en nuestra amada tierra llamada “Pakal” “Paraíso” (Atlántida) una tierra de abundancia natural, gran diversidad y belleza, tierra de la que fluía leche y miel.

Esas grandes piedras grabadas eran nuestros “Libros Sagrados” y lo son aún pues gracias al cuidado y protección de los Guardianes Espirituales, han sobrevivido al paso de miles de años y aún existen para cumplir su destino de “ser memoria”, “historia verdadera” y dar luz a la humanidad en época de oscuridad.


Libro Sagrado Maya Atlante, Biblia pétrea.

Bajo el Templo de las Inscripciones, en 1952, al cumplirse un ciclo sagrado de 52 años, ciclo del “Fuego Nuevo”, marcando un reinicio de la vida, un final de un ciclo y principio de otro, nos fue entregado de nuevo el libro maya-atlante más sagrado que hemos tenido, llamado también “Libro de la Cámara Oculta” el cual conforma y completa la “Biblia original (Antiguo Testamento), la Toráh Pétrea”.


Nuestros abuelos recibieron esta encomienda directamente del Espíritu manifestado de Hunab Ku “Dios Único”, Itzamná, antes de encarnar en el mundo. ¿Cómo?.....por “Revelación”, por “Intuición”, esa voz que se dejaba percibir a través de los “Sacerdotes” “Ah Kin”, a los cuales llamábamos “Chilam Balam” lo cual quiere decir “Intérprete de lo Oculto”. Ellos eran transmisores de la Voluntad Divina, eran la “boca de Hunab Ku”:



“Ésta es la memoria de cómo vino Hunab Ku, Deidad Única,
Oxlahun Tiku, Trece Deidad, Deidad Inmensa
a decir su palabra a los ah Kines…..”
“…..el Chilam Balam se acostaba tendido,
sin moverse ni levantarse de donde se echaba, en su propia casa. 
Pero no se veía el rostro ni la forma y tamaño de quien hablaba…..”.


(Libro del Chilam Balam)

Y en la comparativa vemos la identidad y el origen mismo de estos escritos y sucesos.



“…..Las palabras de Bilam, hijo de Beor,
las palabras del hombre del ojo abierto.
Las palabras del que oye lo que dice Dios
y conoce el conocimiento del Supremo, del que ve la visión de Shadai,
estando caído y con los ojos descubiertos.”


(Torá, Números 24, 15)


“El Eterno os habló de en medio del fuego; oías el sonido de palabras,
más no veías una forma, solamente un sonido.”


(Torá, Deuteronomio 4, 12)




 Chilam Balam (Bilam de la Toráh), Ah Kin sacerdote maya atlante.


La historia de la humanidad se inicia en el Génesis en el momento de la creación dentro del conocido Paraíso. Pero ¿qué es lo que entendemos por Paraíso?.

Si vamos de lo intangible a lo tangible comencemos por decir que el Paraíso es el estado primigenio del ser, cuando el hombre recién conformado como individualidad, chispa acabada de desprenderse de su Creador gozaba de “un estado puro de Verdad, Amor y Armonía plenos”. Existió entonces sólo en un nivel etéreo-espiritual.

El Paraíso está contenido en el mismo Dios o Principio Divino que lo creó, el Paraíso es un estado integral espiritual, un nivel en el que se vive en el Espíritu Divino. Más al hablar de este estado puro espiritual lo correcto es nombrarlo “Edén”, para su mejor comprensión al confrontarlo con el Génesis de esta época moderna.

La Torá, en Génesis 1, 26 dice:



“Y dijo Dios: “Hagamos al hombre a Nuestra Imagen, y a Nuestra Semejanza.”


Árbol de la Vida, Templo Cruz Foliada. Palenque.

El Eterno al crear al hombre (según lo narrado en la Torá, Génesis 2,23) lo llama “Ish”. En la actualidad este término es traducido como “hombre” pero en realidad “Ish” proviene de la raíz maya atlante “Ich” que significa “semejante”, “rostro” o “imagen”. De éstos proviene el término griego “Isos” que significa “Igual”. Como el Eterno hizo al hombre a Su “Imagen y Semejanza” por eso lo llamó “Ich” “Semejante”.

El término “Ich” también significa “Gemelos” y por ello en el génesis maya se dice que fueron unos gemelos (hombre-mujer) los primeros seres creados por Hunab Ku “Dios Único”. Otro significado que contiene la raíz maya “Ich” es “Fruto”, pues de modo preciso:



“Somos fruto del gran Árbol de la Vida, la Gran Ceiba, el Espíritu Divino que sustenta nuestras vidas.”

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Itzen Caan

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