“No creas en algo simplemente porque ha sido transmitido por muchas
generaciones. No creas en nada simplemente porque ha sido dicho y
rumoreado por muchos. No creas en nada simplemente porque esta escrito en
las Sagradas Escrituras. No creas en nada meramente por la autoridad de
maestros, mayores u hombres sabios. Cree solamente después de cuidadosa
observación y análisis, cuando encuentres que concuerda con la razón y que
conduce a lo bueno y al beneficio de uno y todos.
generaciones. No creas en nada simplemente porque ha sido dicho y
rumoreado por muchos. No creas en nada simplemente porque esta escrito en
las Sagradas Escrituras. No creas en nada meramente por la autoridad de
maestros, mayores u hombres sabios. Cree solamente después de cuidadosa
observación y análisis, cuando encuentres que concuerda con la razón y que
conduce a lo bueno y al beneficio de uno y todos.
Entonces acéptalo y vive según ello”.
Budha
Recuerdo una enseñanza de un maestro zen, transmitida en un retiro en centroamérica: un buen budista no cree ni en Budha siquiera. Si el señor Budha quiere que yo crea lo que dice, primero mi mente debe analizarlo y aceptarlo. Esa es la base del budismo en general, y del zen en particular: no creer en nada que la mente no haya tamizado primero.El sistema budista de filosofía y práctica meditativa no fue una revelación divina; fue el entendimiento de la verdadera naturaleza de la mente y tal entendimiento puede ser descubierto por cualquiera. Está al alcance de todos. Su método no es el poner cara de no-quiebro-un-huevo y juntar las manos en oración; su método es científico, riguroso. El zen es el estudio de la mente. El producto es adquirir la capacidad de adentrarse en la realidad y comprenderla tal cual es, de manera intuitiva; por eso gana espacios en los ambientes de negocios.
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